De acuerdo al Boletín CEAZAMar, las variaciones de temperatura en el mar indican el término de la fase fría de La Niña y se proyecta una transición hacia condiciones El Niño en los próximos meses. La llegada del fenómeno podría estar asociado, en cierta medida, a las mortalidades masivas de aves marinas observadas recientemente en nuestras costas.
El reporte más reciente de CEAZAMar, elaborado por el área de Oceanografía del Centro Científico CEAZA, indica que las temperaturas oceánicas en las costas de Perú y Chile han experimentado un calentamiento sostenido desde diciembre de 2022, registrando desde esa fecha temperaturas oceánicas mayores al promedio histórico.
Este aumento en las temperaturas marcó el fin de la fase fría ENSO de La Niña, que se extendió desde agosto de 2020 hasta noviembre de 2022, para dar paso a condiciones neutras y al calentamiento gradual observado en el presente año. Las agencias internacionales de pronósticos ya proyectan condiciones el Niño para los próximos meses de julio y agosto (probabilidad de 90%)”, detalla el Dr. Orlando Astudillo, investigador CEAZA.
En tanto que a nivel local, el científico señala que “la costa de la Región de Coquimbo ha experimentado un alza progresiva de la temperatura en particular entre los meses de febrero y abril, con un máximo de 18ºC en la bahía de Tongoy el 11 de marzo, correspondiente a una anomalía cálida de ~3ºC por sobre el promedio histórico de mediciones en dicha localidad costera. Por otra parte, desde mediados de abril las temperaturas se han mantenido dentro de valores normales para la estación de otoño con una tendencia al calentamiento a inicios de junio”.
Temperatura y especies marinas
¿De qué manera afectan las variaciones de temperatura a los ecosistemas marinos y cómo esto impacta en actividades como la pesca y acuicultura a nivel local? El Dr. Boris Dewitte, señala que “en general el aumento de temperatura superficial está asociado a una baja en la concentración de oxígeno en aguas someras como la bahía de Tongoy, lo cual puede perjudicar a los organismos marinos. Pero las condiciones cálidas también conllevan una profundización de la zona mínima de oxígeno a lo largo de la costa de Chile y Perú, lo que implica menos probabilidad de eventos hipóxicos”.
Asimismo, el Dr. Patricio Manriquez, investigador CEAZA, explica que “los organismos marinos que viven sobre los sustratos rocosos (locos, lapas, chitones), enterrados en la arena (machas, almejas), o movilizándose en la columna de agua (peces) desempeñan sus funciones vitales (alimentación, crecimiento y reproducción) dentro de un rango de temperatura óptimo. Por lo tanto, las anomalías prolongadas de temperatura, como las observadas en los eventos, pueden generar un escenario térmico desfavorable”.
“En casos extremos esto puede conllevar a la mortalidad y varazón de distintas especies de organismos marinos, lo que puede ser exacerbado si se registra una disminución de la productividad del plancton (alimento). En casos moderados, las temperaturas pueden afectar directamente (vía efectos en su fisiología) o indirectamente (vía efectos en la disponibilidad de alimento) la energía disponible para su apropiada reproducción (generación de larvas)”, añadió.
Adicionalmente, el especialista indica que la movilidad de algunas especies (por ej. peces) les permite migrar hacia aguas más frías y nutritivas alejadas de la costa, sin embargo, cuando forman parte de la dieta de aves y mamíferos costeros, su desplazamiento repercute negativamente en la sobrevivencia de dichos depredadores.
Estos impactos podrían estar asociados en cierta medida a las mortalidades masivas de aves marinas observadas recientemente en nuestras costas.