Un Accidente Cerebrovascular (ACV) es una emergencia médica, que
ocurre cuando se interrumpe el suministro de sangre hacia el cerebro,
o cuando existe un sangrado dentro del mismo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año 15
millones de personas sufren un Accidente Cerebrovascular, de las
cuales 5 millones fallecen y otros 5 millones quedan
permanentemente con algún tipo de discapacidad.
Es una urgencia de tiempo que mientras antes la persona reciba la
atención de salud, mayores son las posibilidades de sobrevivir o
quedar sin secuelas.
Al respecto, Macarena Yusta, Encargada del Programa Cardiovascular
de La Seremi de Salud explicó que existen dos tiempos de ACV, “El
más frecuente es el isquémico, que se produce por un bloqueo del
flujo normal de sangre hacia el cerebro. También, está el hemorrágico
que, si bien es menos frecuente, pero es más letal, y se produce
cuando se rompe un vaso sanguíneo en el cerebro, originando un
derrame”.
Además, la profesional indicó cuáles son los síntomas más comunes a
los cuáles se debe estar alerta. “Los 3 síntomas más comunes de un
ACV son la pérdida de la fuerza en un brazo o en una mitad del
cuerpo, la parálisis de la mitad de la cara, y la dificultad para hablar o
hacerse entender. Cualquiera de estos 3 síntomas, si se produce de
manera repentina, nos debe hacer pensar en un Accidente Cerebro
Vascular”. Señaló.
¿Cómo actuar frente a síntomas de un ACV?
Frente a la presencia de 1 o más de estos 3 síntomas, se debe llamar
inmediatamente al número de emergencias del SAMU (131) o acudir
al servicio de urgencias HOSPITALARIO más cercano, para poder
recibir a tiempo el tratamiento que corresponda.
Medidas de prevención:
Al respecto, la nutricionista Macarena Yusta, destacó las principales
recomendaciones para prevenir el Accidente Cerebrovascular:
– Controlar la presión arterial y recibir tratamiento médico para
normalizarla si es que se encuentra elevada. Mantener controles
de salud al día.
– Alimentación saludable: consumir menos sal y menos
alimentos altos en calorías, azúcares o grasas. Aumentar el
consumo de frutas y verduras.
– Practicar actividad física regularmente (1 hora, 3 veces por
semana, según los requerimientos de cada persona).