Papayas

“Papayas de La Serena”, productores del fruto icónico de la capital regional y sector público discuten métodos para ponerla en valor

Se cultiva en toda la Región de Coquimbo, sin embargo, la papaya es reconocida nacionalmente
como fruta típica de La Serena, prueba de ello es que para muchos de los turistas que llegan a la
zona llevar consigo, aunque sea una bandeja de papayas confitadas, gomitas, sustancias o un
frasco de la fruta en almíbar, como recuerdo de su visita, es una tradición.
La papaya, a través de los años, se ha convertido en un símbolo de La Serena, un ícono que está
presente en cócteles como el Serena Sour en los nombres de las fiestas universitarias o en la
hinchada del equipo de fútbol local. Los visitantes la buscan en La Recova, donde la pueden
encontrar confitada, en almíbar o como sustancias y es un infaltable como recuerdo de la visita.
Y si bien esta fruta es tan relevante para la comuna, la cantidad de hectáreas cultivadas ha
disminuido con el tiempo debido al avance urbano y la escasez hídrica, es por ello que quienes
están detrás de su cultivo y procesamiento, así como actores relevantes del sector público desean
fomentar el consumo de esta fruta a través de su valorización, rescatando su patrimonio
alimenticio e histórico en el territorio, a través de un sello de origen.
Para ello, desde hace aproximadamente un año, y en el marco del programa “Investigación de la
valorización del papayo, un cultivo con identidad” financiado a través de un Fondo de Innovación
para la Competitividad del Gobierno Regional de Coquimbo y ejecutado por el Instituto de
Investigaciones Agropecuarias INIA Intihuasi, se reúnen mensualmente tanto productores y
procesadores del fruto como actores relevantes del sector público, con un único objetivo: poner
en valor a la papaya.
Una de ellas es Bélgica Navea de La Higuera, quien se dedica a procesar papaya cultivada por
socios del Mercado de la Tierra Slow Food de sectores como Pan de Azúcar, Altovalsol y El
Romero. Ella, junto a los socios del Mercado de la Tierra, comenzaron hace tres años a trabajar en
el rescate de la fruta, cultivándola a baja escala y formando esta unión para completar su proceso.
“Hemos llegado a la conclusión de que necesitamos unirnos porque el cultivo de la papaya aquí en
la región ha disminuido mucho y necesitamos trabajar para que esto no desaparezca
definitivamente. Es necesario sumar fuerzas y juntarse entre todos los productores para poder
seguir trabajando en este lindo trabajo que tiene que ver con el rescate de la papaya”, sostuvo
Navea, valorando el trabajo que tanto productores como instituciones públicas están realizando
para poner en valor al fruto.
Trabajo de mediano-largo plazo
Luis Gustavo Díaz, académico de la Universidad Católica y que apoya al proyecto de INIA Intihuasi,
explicó que para lograr esta valorización es necesario un trabajo conjunto, “la papaya tiene el
potencial y una reputación que es reconocida en todo Chile, por lo tanto, tiene el potencial de ser
protegida a través del sello de origen de INAPI y, en ese contexto, organizarse para obtener esa
certificación y ese registro del nombre necesita el trabajo del sector público y el sector privado,

por eso hemos estado reuniéndonos con ambos para saber si existe el interés , la motivación y las
ganas para sacar esto adelante, que es un esfuerzo de mediano y de largo plazo”.
Diaz aseveró que “ha sido una muy buena experiencia, porque tanto el sector público como el
sector privado han manifestado su compromiso y su motivación de no solamente participar en
este proyecto sino de volver a darle un nuevo empuje a la papaya y transformarla en un polo de
desarrollo de la región”.
Verónica Arancibia, subdirectora de Investigación, Desarrollo e Innovación de INIA Intihuasi y
directora del proyecto manifestó que, “uno de los productos comprometidos en esta iniciativa es
obtener un sello de origen y para poner en valor la papaya es necesario involucrar a todos los
actores del territorio, en ese sentido, durante el año 2023 se realizaron reuniones con los sectores
productivos y también con los representantes del mundo público de la Región de Coquimbo para
poder alinearnos en cuales son las ventajas de obtener un sello de origen para la región”,
añadiendo que, “ahora tenemos que definir un reglamento de uso y control del sello de origen,
entonces continúa la parte de definir cómo se va a regir este sello de origen desde el punto de
vista de la certificación”.
Christian Álvarez, seremi de agricultura de la Región de Coquimbo valoró el compromiso de
quienes cultivan y procesan a la papaya, así como del sector público, “la agregación de valor a
través de un sello de origen para un fruto tan característico de La Serena como la papaya, es un
trabajo que recién está comenzando, sin embargo, se ha visto un gran interés por quienes están
involucrados de una u otra manera en su cultivo y procesos lo que nos tiene muy contentos,
puesto que es lo que se necesita para lograrlo. Este tipo de iniciativas se atañen a los lineamientos
estratégicos del Minagri y que pretenden potenciar la seguridad alimentaria de nuestro país”.
Acerca de INIA
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación,
desarrollo e innovación agroalimentaria de Chile. Vinculada al Ministerio de Agricultura, cuenta
con presencia nacional y un equipo de trabajo de más de 1.000 personas altamente calificadas.
Ejecuta al año un promedio de 400 proyectos en torno a 5 áreas estratégicas: Cambio Climático,
Sustentabilidad, Alimentos del Futuro, Tecnologías Emergentes, y Extensión y Formación de
Capacidades. Estas iniciativas contribuyen al desarrollo agroalimentario sostenible del país,
creando valor y proponiendo soluciones innovadoras a los agricultores, socios estratégicos y la
sociedad, generando una rentabilidad social que varía entre 15% y 25%, por cada peso invertido
en cada uno de sus proyectos.

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