- Empresarios de diversos rubros destacaron el apoyo y la gestión del Gobierno para trasladar su producción, evitando grandes pérdidas y un efecto de gran envergadura en la economía regional.
Luego de ocho días, se depuso el paro de los camioneros.
Las rutas ya están despejadas y con el tránsito normalizado. Fueron días complejos, especialmente para los productores regionales quienes vieron con preocupación cómo llevar adelante sus actividades.
Sin embargo, gracias al diálogo y la coordinación fue posible mantener la cadena de abastecimiento en varios puntos de la región y trasladar insumos básicos, entre ellos la producción agrícola.
Rubén Godoy, de la Cooperativa Agrofrutícola Chillepín, en Salamanca, una de las principales comercializadoras de damascos de Chile, destacó el apoyo recibido por el Gobierno para poder movilizar su producción. “El Delegado Presidencial Regional y su equipo hicieron las gestiones respectivas con el ministerio de Agricultura para evitar pérdidas cercanas a las 400 toneladas de frutas, las que iban a la agroindustria. Hablaron con nosotros y se coordinó con Carabineros para tener habilitados los caminos y poder llevar los damascos a destino”, explicó.
Y es que la comunicación fue permanente, así como el monitoreo de la movilización. Es así como se pudo gestionar, por ejemplo, el convoy con más de 50 camiones durante el fin de semana pasado.
“La gestión fue muy buena, hubo mucho apoyo y fue constante de las autoridades regionales. Todos los días que estuvimos con crisis tuvimos comunicación, nos llamaban y estuvieron coordinando los camiones. Fue un trabajo integral, muy completo”, enfatizó Alejandra Pinto, Jefe de Administración de Molinera Coquimbo, empresa que fue una de las primeras contactadas para trasladar harina de trigo hacia el norte del país.
Misma opinión entregó Mauricio Soto, Jefe de Zona de Copec, quien agregó que “valoramos y agradecemos el rol que cumplió la autoridad local, ya que fue fundamental para la coordinación en terreno y el trabajo colaborativo entre distintos actores. Esto nos permitió mantener la cadena de suministro, abastecer de combustible a la región y cumplir con el compromiso que tenemos con las personas, nuestros clientes y el país”.
Ante dichas implicancias y el temor de algún impacto significativo en la economía regional, “hicimos lo que nos corresponde, desde el primer día el Presidente Gabriel Boric nos mandató a que ésta no afectara el funcionamiento normal de la región. Por eso, todo nuestro gabinete estuvo dispuesto las 24 horas del día a coordinar con los gremios, productores, empresas de abastecimiento, mineras, etc. para garantizar que no faltaran insumos, que ningún sector productivo se viera afectado y que sirviéramos de puente también para las regiones del norte”, detalló el Delegado Presidencial Regional, Rubén Quezada.
Empresarios: “estábamos muy complicados”._
Solo desde el Choapa se mueve más del 35% del damasco nacional, por lo que era urgente concretar su abastecimiento.
“Para nosotros es clave vender este producto, que conlleva un trabajo de 200 familias y que es rápidamente perecible. Era necesario cosecharlo en los tiempos determinados y durante las movilizaciones, estábamos muy complicados”, sostuvo, Rubén Godoy, de la Cooperativa Agrofrutícola Chillepín.
En tanto que desde Molinera Coquimbo, estuvieron en alerta respecto a la cadena de abastecimiento. Tuvieron los primeros 4 días sin envíos, afectando el suministro que aportan desde nuestra región hacia la ciudad de Calama.
Alejandra Pinto, Jefe de Administración de Molinera Coquimbo, señaló que “fue muy difícil, porque no pudimos despachar, pensemos que la harina es un alimento de primera necesidad y no solo para fabricar pan. Es lo que más consumimos y es complejo cuando se desabastecen las ciudades de este producto, genera un efecto grande”.
En este sentido, el Delegado Presidencial Rubén Quezada valoró el acuerdo que se logró con los camioneros movilizados, escuchando cada una de las demandas y que haya existido una propuesta contundente, demostrando el sello del Gobierno por hacerse cargo de los problemas, acercando posiciones y promoviendo el diálogo, para que éste prime por sobre cualquier cosa ante situaciones de conflicto.