Una de las razones más comunes de por qué la gente se siente cansada es la falta de sueño o la mala calidad de este, sin embargo, la fatiga puede responder a muchos otros factores, como una afección subyacente.
Si sientes que siempre estás cansado, puede ser por somnolencia – deseo de dormir – o por fatiga, pero hay una diferencia muy importante entre ambas.
La mayoría de las veces la fatiga nos está queriendo decir algo. Aunque es normal sentirnos cansados de vez en cuando, cuando esta sensación se alarga en el tiempo es porque algo puede ir mal en nuestro cuerpo.
La sensación de fatiga puede responder a muchos factores, más allá de la falta de sueño, por lo que solo se podrá determinar a través de una consulta médica.
Estas son algunas de las causas de cansancio y fatiga:
Ciertos hábitos de estilo de vida
Muchas veces creemos que hacemos todo bien pero, cuando nos paramos a pensar un poco, nos percatamos de que no es así. ¿Seguro que descansas lo suficiente? ¿Haces ejercicio tres veces por semana? Nutres a tu cuerpo con todas las vitaminas y proteínas necesarias? ¿Pasas demasiado tiempo trabajando o frente al ordenador y no tienes apenas tiempo libre?
Obviamente, si sientes fatiga durante meses, ve al médico, pero antes convendría que hicieras introspección (sincera) sobre tus hábitos de vida, pues a veces es tan simple como cambiarlos.
Apnea del sueño
Ciertas personas piensan que duermen lo suficiente, pero la apnea del sueño se pone en el camino. Esta condición interrumpe la respiración durante el sueño.
Cada interrupción puede despertarnos por un momento, aunque no seamos conscientes de ello. El resultado: no descansar bien a pesar de dormir las horas necesarias.
La obesidad es una causa frecuente de apnea del sueño, por lo que mantener un peso saludable puede ayudar a prevenir o tratar la apnea del sueño causada por esta afección. El hábito tabáquico de igual forma influye en la aparición de apnea del sueño, por lo que dejar de fumar podría ayudar.
Anemia
La anemia aparece cuando no tenemos suficientes glóbulos rojos para llevar oxígeno a todos los puntos del cuerpo. «Menos oxígeno significa menos energía y más fatiga, por eso la anemia se encuentra entre las causas más comunes de fatiga crónica», explica el Dr. Fisher en Health. Es una de las principales causas de fatiga en las mujeres.
La forma más común de anemia ocurre cuando tenemos un déficit de hierro, lo que, a su vez, podría ser el resultado de una cirugía, enfermedades crónicas o deficiencias vitamínicas. Una simple prueba puede verificar si padecemos o no anemia, y el tratamiento dependerá de la causa de la falta de glóbulos rojos.
Hipotiroidismo
La tiroides es una de las glándulas endocrinas que producen hormonas. Las hormonas tiroideas controlan el metabolismo, como la velocidad en que el organismo convierte los alimentos en energía.
El hipotiroidismo puede ser una de las causas de la fatiga. Esta afección ocurre cuando la tiroides tiene un menor funcionamiento y el metabolismo empieza a funcionar más lento. Un examen de sangre podría confirmar si tus hormonas están en niveles bajos.
Diabetes
En las personas con diabetes, los altos niveles de azúcar se mantienen en la sangre en vez de entrar a las células, donde podría ser convertida en energía. El resultado es que se pierde la energía en el organismo sin importar que hayas comido lo suficiente.
Depresión
Podrías pensar que la depresión sólo es una afectación emocional, sin embargo, de igual forma conlleva síntomas físicos. La fatiga, dolores de cabeza y pérdida del apetito son algunos de los más comunes.
La fatiga en la depresión implica apatía, problemas para concentrarse y recordar, y sentirse abrumado y desmotivado. Eso puede convertirse en un círculo vicioso, con la depresión alimentando la fatiga, que a su vez alimenta la depresión. Si te sientes cansado y triste por varias semanas, deberías visitar a un médico.
Fibromialgia
La fatiga no es el síntoma más pronunciado de la fibromialgia, pero es uno de los más importantes, junto con la mala calidad del sueño y los problemas de memoria y de estado de ánimo.
Aunque no existe una cura, los medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas, así como el ejercicio y la relajación.
